„El hombre como motor“

En diálogo con Dr-Ing. Stefan Ried

Antes, todo era mejor. ¿O solo diferente? ¿Qué papel desempeñamos en el mundo laboral actual? El Dr.-Ing. Stefan Rief, del Instituto Fraunhofer de Ingeniería Industrial (IAO), explica cuál es la mejor manera de armonizar las necesidades de las personas con la tecnología y la organización.

¿Qué factores son relevantes en términos de trabajo y organización en el mundo empresarial actual, y qué valor tiene el hombre?

El hombre sigue siendo el centro de todo. Impulsa todo con su curiosidad, creatividad y poder creador, y es quien piensa y desarrolla cosas nuevas. Se trata, por tanto, de permitirle trabajar de la mejor forma posible y darle el mejor apoyo posible en términos de productividad, motivación y bienestar. Lógicamente, está influido por la tecnología que lo rodea y la organización de su entorno de trabajo. En principio, esta tríada compuesta por el hombre, la tecnología y la organización no ha cambiado en los últimos tiempos. En cambio, las necesidades del hombre y la tecnología disponible sí han cambiado considerablemente. En este sentido, una organización adecuada es crucial para la buena interacción del hombre y la tecnología, sobre todo porque tecnologías como la IA influyen mucho en la interacción de las personas. Es importante que la gente siga siendo curiosa y creativa.

¿Cómo deberían estructurarse de forma ideal en la empresa las esferas hombre, tecnología y organización?

Para todas las personas es esencial en su profesión sentir que están en buenas manos y trabajar en un entorno de confianza y compañerismo. Sin embargo, las necesidades de las personas se han individualizado mucho más, lo que dificulta el trabajo conjunto. A causa de la pandemia, por ejemplo, el trabajo desde casa ha crecido considerablemente y los esfuerzos necesarios para coordinar las exigencias de tiempo de cada uno de los miembros del equipo o de la organización se han vuelto proporcionalmente mayores. En realidad, los directores no pueden organizar esto. Esta tarea debe devolverse al equipo, que desarrollará el modelo adecuado para sí mismo. A continuación, el director debe comprobar si este modelo funciona y reajustarlo periódicamente. Al fin y al cabo, nos enfrentamos constantemente a nuevos retos, como graves problemas en la cadena de suministro o el cumplimiento de nuevas normas ecológicas. Con la misma regularidad, hay que revisar el modelo para ver si sigue funcionando internamente desde el punto de vista de los miembros del equipo. En este contexto es apasionante utilizar los nuevos sistemas de colaboración. Por ejemplo, si se observa el número de videoconferencias realizadas en un equipo, rápidamente se ponen de manifiesto posibles déficits de comunicación entre determinadas personas. Se trata de datos reales que reflejan estas situaciones de forma actualizada y objetiva. Por tanto, es necesario permitir, comprender y utilizar provechosamente estas nuevas tecnologías para mantener nuestra rapidez, motivación y curiosidad en este nuevo mundo laboral en permanente cambio.

¿Cómo valora la evolución futura del mundo laboral?

El mundo laboral ha cambiado mucho a raíz de la pandemia. Todos tenemos la sensación de que ahora entendemos la nueva forma de trabajar. Sin embargo, yo no lo creo, pues solo llevamos con esto año y medio y antes estuvimos durante décadas trabajando de manera completamente diferente. Por lo tanto, debemos seguir de cerca cómo nos afecta la nueva forma de trabajar. No obstante, debemos estar preparados para adaptarnos a ella. También es fundamental satisfacer en la medida de lo posible las necesidades de la fuerza laboral propia. Ahora bien, también creo que las empresas necesitan una cultura y una identidad fuertes y coherentes. Los propios comportamientos deseados deben modelarse activamente y, al mismo tiempo, debe crearse un entorno atractivo para ellos.